lunes, 4 de mayo de 2015

Cómo puede un niño afrontar la muerte.



Cuando muere un ser querido, resulta difícil saber cómo ayudar a los niños a enfrentar la pérdida. Lo que los niños pueden entender sobre la muerte depende en gran medida de su edad, sus experiencias vitales y su personalidad. Pero algunas cuestiones importantes deben tenerse en cuenta en todos los casos.

Explicar la muerte con el lenguaje del niño. 

Es necesario ser sinceros con los niños y aliéntalos a que hagan preguntas. Esto tal vez sea difícil para usted, porque puede que no sepa todas las respuestas. ¿A dónde fue la abuela cuando murió? ¿Qué está sintiendo? ¿Tiene dolor? ¿Por qué se murió? ¿La podemos volver a ver alguna vez? ¿Te vas a morir tú también? ¿Quién cuidará de mí si tú te mueres?.

Hasta los 5 o 6 años de edad, la imagen que tienen los niños del mundo es muy literal. Por lo tanto, deberá explicarles la muerte utilizando un lenguaje muy concreto. Si el ser querido estaba enfermo o era mayor, por ejemplo, puede explicarles que el cuerpo de la persona ya no funcionaba y que los médicos no pudieron arreglarlo.


Evite utilizar eufemismos, como decir a los niños que los seres queridos "se han ido lejos" o "están durmiendo" o incluso que su familia ha "perdido" a esa persona. Debido a que los niños pequeños piensan de manera tan literal, estas frases pueden, sin querer, inducirles a sentir miedo de irse a dormir o cuando alguien se vaya lejos.

Pero es importante crear una atmósfera de confianza y apertura, y que transmita a los niños el mensaje de que no hay una manera correcta ni equivocada de sentirse. También puede compartir con ellos las creencias espirituales que usted tenga sobre la muerte.


Entre los 6 y 10 años, los niños empiezan comprender que la muerte es algo definitivo, incluso aunque no entiendan que esto le ocurrirá a todos los seres vivos algún día. 


Un niño de 9 años puede pensar, por ejemplo, que si se porta bien o si pide un deseo, su abuela no se morirá. A menudo, a esta edad los niños imaginan la muerte personificándola y piensan en ella como "el hombre del saco" o un fantasma o un esqueleto. Pueden entender mejor la muerte si se les da explicaciones precisas, simples, claras y honestas sobre lo que ha ocurrido.

¿Es correcto llevar a los niños a los funerales? 

Algunos adultos creen que se debe proteger a los hijos de la muerte. Los alejan de los funerales. Tratan de no llorar frente a los niños. Inventan historias en un intento por proteger a los niños del dolor . Es posible que eviten todas las discusiones sobre la persona fallecida.

Para ayudar a su hijo, usted debe sentirse cómodo con su propia reacción al dolor sobre la muerte de un ser querido. Es apropiado que su hijo lo vea llorar cuando se siente triste; él se sentirá reconfortado al saber que usted expresa sus sentimientos tan abiertamente. Esto hará que para él sea más fácil hacer lo mismo.

La decisión de ir a al funeral depende de usted y de su hijo(a). Es bueno dejar que los niños participen en cualquier ritual de duelo, si ellos quieren hacerlo. Antes que nada, explíqueles lo que ocurre en un funeral o entierro y ofrézcales la posibilidad de que ellos decidan si quieren ir.


Libros para profundizar en el tema:

- ¿Todos los caracoles se mueren siempre?. cómo tratar la muerte en educación infantil. Agustín de la Herrán, Eduardo Soler. Ediciones de la Torre, 2000

- Porque se ha muerto mi abuelo. Maricarmen Diez Navarro. Cuadernos de pedagogia, 1995.


Cuentos para trabajar con los niños.


¿QUÉ VIENE DESPUES DEL MIL?: UN CUENTO ILUSTRADO SOBRE LA MUERTE: Anette Bley.TAKATUKA «¿Qué viene después del mil?», le pregunta la pequeña Lisa a su amigo Otto, con el cual está aprendiendo a contar las estrellas. Lisa ya sabe contar hasta dieciséis, pero en el cielo hay muchas más estrellas, por lo menos mil, le ha dicho el viejo Otto. Con él pasa ratos muy divertidos, pero un día Otto se pone enfermo y mu ere al cabo de un tiempo. A Lisa le cuesta acostumbrarse a su ausencia. Es la mujer de Otto la que le hace comprender que aunque no podamos ver a una persona, ésta puede seguir presente dentro de nosotros.





BUENAS NOCHES ABUELO: Roser Bausa. LOGUEZ EDICIONES Marta ha perdido a su abuelo y su madre la consuela en el jardín, mirando el cielo estrellado. De pronto, Marta cree ver cómo una estrella le hace guiños. ¿Podría ser el abuelo? Un relato tierno que intenta explicar, con un lenguaje narrativo y pictórico muy adecuado, a una pequeña niña la ausencia de un ser querido, la de su abuelo.







EL PATO Y LA MUERTE. Javier Sagües. BARBARA FIORE EDITORA, 2011. “Siempre

llega un momento en que el niño se pregunta sobre la muerte. Ingenuamente, con toda la naturalidad del mundo. Los padres lo saben, pero pocas veces tienen preparada una respuesta simple y convincente. El personaje de la muerte en este libro de Erlbruch es una acompañante silenciosa y leve como una pluma, siempre presente aunque no la percibamos: Desde hacía tiempo, el pato notaba algo extraño. -¿Quién eres? ¿Por qué me sigues tan de cerca y sin hacer ruido? La muerte le contestó: -Me alegro de que por fin me hayas visto. Soy la muerte. El pato se asustó. Quién no lo habría hecho. -¿Ya vienes a buscarme? -He estado cerca de ti desde el día en que naciste. por si acaso. -¿Por si acaso? -preguntó el pato. -Sí, por si te pasaba algo. Un resfriado serio, un accidente. ¡nunca se sabe! - Sí, nunca se sabe. pero si de algo podemos estar seguros es que responde con sencillez las grandes preguntas con la poesía de sus ilustraciones y de sus historias. Para niños y adultos.“


NO ES FACIL PEQUEÑA ARDILLA: Elisa Ramón. KALANDRAKA EDITORA, 2004: La

pequeña ardilla sentía una pena muy grande porque su madre se había muerto, y pensaba que nunca más sería feliz. El tema más difícil de explicar, tratado de la forma más tierna